Emmet Fox
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Manejando la Inarmonía-Emmet Fox

“También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio." (Mateo 5:31-32).

 

Se nos dice que en aquellos días los divorcios eran otorgados por la ley rabínica en base a argumentos realmente pueriles. Parejas que no se llevaban tan bien como les hubiera gustado estaban muy inclinadas a escapar del problema mediante la obtención de una fácil disolución. Ahora bien, entendemos que ninguna felicidad permanente se puede obtener de esta manera. En tanto que estés escapando de tu problema, continuarás encontrándote con él disfrazado de forma distinta en cada recodo del camino.

Es lo mismo pasar de una posición de negocios a otra, o de un hogar a otro, sin primero haber realizado un cambio en la conciencia: nos encontramos repitiendo las viejas condiciones en una forma ligeramente distinta. De manera que, y como regla general, las personas que se divorcian alegremente y van matrimonio tras matrimonio, son propensas a terminar tan insatisfechas como comenzaron. La regla general de la Verdad es que combatas tu problema donde quiera que te encuentres, a punta de oración.

La regla general es aplicable a todas las condiciones en la vida. No trates de divorciar o amputar la inarmonía. Deja que se disuelva bajo la guía de Dios.

DISCIPLINA EN EL HABLAR

“Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos.

Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.” (Mateo 5: 33, 37).

No jures es uno de los puntos cardinales contenido en las enseñanzas de Jesús. En pocas palabras, esto significa que no habrás de fijar tu conducta para mañana cuando todavía es hoy. Más bien habrás de mantenerte constantemente como un canal abierto para la vertida del Espíritu Santo a la manifestación a través de ti.

Claro que Jesús no quiere decir que no te involucres en compromisos ordinarios de negocios. Tampoco quiere decir que el juramento ordinario administrado en una corte es inadmisible. Estas cosas son cuestiones de conveniencia legal. El Sermón del Monte es un tratado sobre la vida espiritual.

NO TE RESISTAS AL MAL

Pero yo os digo: No os resistáis al mal…” (Mateo 5:39).

Jesús es el más revolucionario de todos los maestros, pone el mundo patas arriba para aquellos que acepten sus enseñanzas. Una vez que has aceptado el Mensaje de Jesucristo, todos los valores cambian radicalmente.

El Viejo Testamento estipulaba que todo lo que un hombre le hiciera a otro, debería experimentar lo mismo en carne propia a modo de castigo. Si mataba a un sujeto, la ley lo mataría a él. Si le sacaba un ojo a otro hombre, los oficiales de la ley le sacarían uno a él.

El deseo de “igualar el marcador”, de recuperar lo propio, de nivelar las cosas de alguna manera cuando hemos sido heridos o hemos sufrido una injusticia, o hemos atestiguado a cosas que no aprobamos, permanecerá con nosotros hasta el momento en que nos hagamos cargo de nosotros mismos y lo destruyamos. “La venganza” –decía Bacon- “es una especie de justicia descabellada.”

Jesús ahora invierte esto y dice que cuando alguien te hace daño, habrás de perdonarle. No importa cuál pueda ser la provocación, ni cuántas veces sea repetida, habrás de soltarle las amarras y dejarle ir, ya que sólo así podrás liberarte a ti mismo.

NADA DE VENGANZA

“El odio no termina con odio”, dice Luz de Asia, enunciando esta gran Verdad muchos siglos antes, y la Luz del Mundo la puso al frente de su enseñanza porque es la piedra angular de la salvación del hombre.

La doctrina de “no resistirse al mal” es el gran secreto metafísico. Al mundo esto le suena como suicidio moral, la más enclenque de las rendiciones a la agresión; pero a la luz de la revelación de Jesucristo se ve como una espléndida estrategia espiritual. Antagoniza cualquier situación y le darás poder contra ti mismo; no le ofrezcas ninguna resistencia mental, y verás como se desmorona y se aleja de ti.

Jesús no da instrucción alguna en cuanto a detalles de conducta externa, por lo que las alusiones incluidas aquí en cuanto a demandas legales, a capas y túnicas, a prestar y pedir prestado, a dar la otra mejilla, son ilustrativas y simbólicas de estados mentales, y no han de ser tomadas en el estrecho sentido literal. Hemos de recordar que si el pensamiento es correcto, la acción no puede ser la equivocada. No hay maestro que pueda decir que cierto acto tiene necesariamente que ser el correcto en todo momento, porque el rejuego de las circunstancias en la vida humana es demasiado complicado para facultar tal predicción.

Cuando alguien se está comportando de mala manera, si en vez de pensar en el problema inmediatamente sustraes tu atención de lo humano y la llevas a lo Divino, y te concentras en Dios, o sobre el Verdadero Ser Espiritual de la persona en cuestión, encontrarás que su conducta cambiará inmediatamente. Esta es la verdadera venganza.

 

“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.” (Romanos 12:19).

DISIPANDO EL MAL

Si alguien entra a una habitación en casa, a la oficina, al taller, o a cualquier otra parte, con intención de dar problemas, trata sencillamente de cambiar tu atención y llevarla directo a lo Divino, en vez de saltar agresivamente al altercado para hacerle frente a la dificultad o de retraerte para evitarla, según sea tu temperamento. Te resultará divertido y gratificante ver cómo la ira se va disolviendo de la cara del sujeto (lo cual significa que también se ha disuelto en tu corazón), siendo reemplazada por una expresión completamente diferente.

En mi caso me ha tocado presenciar varias instancias del hombre (y, en dos ocasiones, niños) que se peleaban, y al espectador “voltear la otra mejilla” de esta manera, la trifulca cesó como por arte de magia. Los animales responden aun más rápido que los seres humanos a este tratamiento. He atestiguado dos instancias de perros que peleaban salvajemente y que todos los esfuerzos para separarlos habían fallado, cuando la realización del amor de la Presencia de Dios en todas Sus criaturas restableció la paz. En uno de estos casos tomó varios minutos; en el otro, fue casi instantáneo.

“No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal”. (Romanos 12:21).

EL TRIUNFO DEL AMOR

“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos…” (Mateo 5:44-45).

La reacción correcta es el supremo arte de la vida, y Jesús sintetizó el secreto de ese arte en una oración cuando dijo: “No os resistáis al mal”. Un entendimiento correcto de este mandamiento te regenerará el cuerpo, liberará tu alma: y rehará tu vida.

El Amor es Dios y, por ende, es todopoderoso. Enfrentar el odio con Amor es el método perfecto de defensa propia en toda circunstancia. Te hace totalmente invulnerable al ataque que sea.

Si recibes malas noticias, si eres infeliz en tu trabajo, o en tu hogar, busca mentalmente la Presencia del Espíritu Divino a tu alrededor; afirma su realidad; y sostén que Dios tiene dominio sobre todas las condiciones, y pronto serás liberado.

“Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.” (1 Juan 4:21).

Por Emmet Fox

Grupo Metafísico de Madrid

Desde la Sede Central del Grupo Metafísico de Madrid Europa tengo el placer de darles la bienvenida a todos los que visitais esta puerta a las enseñanzas de los Maestros Ascendidos, de la edad dorada de su majestad Saint Germain y a la magistral exposición de su discípula directa, nuestra Amada Conny Méndez, cuyo legado recibimos de la mano de nuestro amigo Rubén Cedeño, para cuyo agradecimiento por su Amor, Instrucción y Amistad no conoce límites.

Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias públicamente también a las personas que componen el grupo interno que tengo el privilegio de dirigir, sin cuyo amor, buen hacer y apoyo incondicional, no podría realizar la tarea que libremente elegí en su momento, así como a todos los colaboradores que contribuyen con las conferencias e instrucciones día a día, fieles a su linea discipular y a su conciencia. 

Si en algo contribuye esta página, a la expansión de la luz, aunque sea de una persona, nos daremos por satisfechos.

por Domingo Laut Rodríguez