Rubén Cedeño
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Resurrección-Rubén Cedeño

La muerte no existe, Jesús nunca murió. Él continuó viviendo después de su dolorosa vivencia en la cruz. El Maestro, voluntariamente, dejó que su cuerpo fuera temporalmente llevado al estado llamado muerte. En Luxor, Jesús había aprendido la animación suspendida. En ese trance, fue confortado por el Arcángel Gabriel y el Maha Chohán, que estuvieron siempre a Su lado y le dieron el impulso del uso y el entendimiento de la “Llama de la Resurrección”, que no es otra cosa que el estímulo suministrado por la suma de todas las invocaciones, rezos y adoración a Dios de la humanidad.

En un momento determinado, el Arcángel Gabriel flameó Su Llama a través del cuerpo de Jesús. Luego de esto, el Maestro se recuperó, volviendo su cuerpo a la vida a voluntad. Él mismo quedó muy delicado y sensible; por eso, cuando la Magdalena lo vio después de la Resurrección, Jesús le dijo: “No me toques”.

Con Maitreya, su Maestro, Jesús aprendió a energizar y vivenciar el mantram: “Yo Soy la Resurrección y la Vida”. El plan era darle a la humanidad la enseñanza de que la muerte no existe y la vida no se termina.

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Maitreya

La Madre María se mantuvo despierta hasta la madrugada del domingo cuando, aparentemente, cayó dormida y escuchó la voz del Arcángel Gabriel. Ella creyó que estaba soñando con el día de la Anunciación, cuando el Arcángel la había visitado, asunto que María recordaba a menudo. Pero no, el Arcángel Gabriel estaba allí de nuevo, inundando la habitación con un exquisito aroma a lirios, y le dijo: “¡Ave María, llena de Gracia!”. La Madre María y María Magdalena fueron las primeras personas que vieron a Jesús Resucitado.

Ascender a los cielos es entrar en el santuario del monasterio y quedarse allí en meditación, en un estado de felicidad eterna. Jesús efectivamente resucitó, porque volvió a la vida después de haber descendido a los infiernos de la tortura, el suplicio de la cruz, la vergüenza de la condenación social.

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La Madre María recuerda el momento de la Resurrección de Jesús de la manera siguiente: “Así, esa mañana, mientras aguardaba en mi solitaria vigilia, volví a escuchar la voz de Gabriel: ‘¡Ave, María! Llena eres de gracia’. ‘Ay’, pensé, ‘otra vez estoy trayendo a mi memoria las palabras de ese Bendito Ser’. Sin embargo, cambiaron las palabras y a continuación Él dijo: ‘¡Amada, Tu Hijo ha resucitado! ¡Ha salido victorioso! ¡La tumba ha sido destruida! Él habita en Su cuerpo y Yo, el Anunciador, el Protector del ‘Concepto Inmaculado’, ¡vengo a traerte a Ti la primera noticia de la Victoria!’. Entonces caí de rodillas, y lágrimas de gratitud corrieron por Mi rostro. El cuarto estaba lleno de luz e inundado por una fragancia de lirios. La magnificente Presencia de Gabriel permanecía ante Mí, y cuando la brillante luz en el cuarto se hizo más suave, pude ver que allí estaba también Mi Hijo, ¡vestido con la misma túnica blanca que Yo le había tejido!”.

Por Rubén Cedeño

Grupo Metafísico de Madrid

Desde la Sede Central del Grupo Metafísico de Madrid Europa tengo el placer de darles la bienvenida a todos los que visitais esta puerta a las enseñanzas de los Maestros Ascendidos, de la edad dorada de su majestad Saint Germain y a la magistral exposición de su discípula directa, nuestra Amada Conny Méndez, cuyo legado recibimos de la mano de nuestro amigo Rubén Cedeño, para cuyo agradecimiento por su Amor, Instrucción y Amistad no conoce límites.

Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias públicamente también a las personas que componen el grupo interno que tengo el privilegio de dirigir, sin cuyo amor, buen hacer y apoyo incondicional, no podría realizar la tarea que libremente elegí en su momento, así como a todos los colaboradores que contribuyen con las conferencias e instrucciones día a día, fieles a su linea discipular y a su conciencia. 

Si en algo contribuye esta página, a la expansión de la luz, aunque sea de una persona, nos daremos por satisfechos.

por Domingo Laut Rodríguez