El Maestro de Maestros, el Rey de Reyes, el Príncipe de la Paz, al que la humanidad unánimemente llama “El Cristo”, describe como la mejor oración el estar reconciliado con el hermano humano. No hacemos nada, pero nada en realidad, meditando, predicando, rezando, leyendo frases y libros espirituales o decretando, si no vivimos amigados con los que hemos tenido algún impase y ese Amor se manifiesta reconciliándonos con el que nos hemos separado, peleado, disgustado o diferenciado por algún motivo.
Veamos lo que nos dice el Maestro Jesús: "Pero yo os digo que todo el que se enoja con su hermano será culpable en el juicio". Esto quiere decir que todo el que se enoja con su amigo, familiar o maestro hace mal karma y se tendrá que ver con los que rigen las Leyes Divinas el día del Juicio y lo que sucederá es que devolverán a esa persona a encarnar con quien se separó, a quien rechazó, pudiendo salvar esa situación en esta vida. No importa lo que digan otros maestros, otros libros, otras enseñanzas, Jesús es enfático cuando dice: “Yo os digo” ¿Y quién es el que dice?". Jesús, uno de los maestros más grandes que ha hollado la faz de la tierra, ante el cual las palabras, dichos y mensajes de los demás se callan cuando “El” habla.
Jesús nos da esta gran enseñanza que al ponerla en práctica induce a la Paz, porque ninguno que la practique puede estar en guerra, separado o discriminando: “Por tanto, si has traído tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y ofrece tu ofrenda”. Esa ofrenda ante el altar encierra muchas cosas, ya que es simbólico de oración, meditación, rezo, decreto, flores, o realizar charlas espirituales. Toda meditación y oración lo que busca es conciliar al ser humano con Dios, sus Santos y Maestros, y ellos son la humanidad. Jesús dice: "Cuanto le hiciste a uno de éstos, mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis". No puedes amigarte con Dios si estas peleado con “El” y Dios son todos tus hermanos humanos. Si se pone en práctica esto que dice Jesús, si te has separado o disgustado con alguien por alguna diferencia; antes de ir al grupo a decretar o dar charlas, a la iglesia a orar, a la página web a colgar artículos espirituales, debes reconciliarte con él, que es unirte a Dios. Esta y no otra, es la base de la “Paz Mundial”. Si esto lo ponen en práctica los musulmanes con los judíos, los evangélicos con los católicos, los socialistas con los capitalistas, los demócratas con los republicanos se acaban los conflictos, las guerras, los disturbios, los atentados, los secuestros. Si esto es así, detengámonos a realizar esto en nosotros mismos primero y luego propaguemos el que se practique, porque la “Paz Mundial” depende de nosotros.
Jesús no dice que esperes a que tu hermano del cual te separaste por algún motivo vuelva a ti, sino que tu vayas hacia él, lo busques como lo buscabas, lo abraces como lo abrazabas, le hables como le hablabas, le sonrías como le sonreías, le hables como le hablabas. Te imaginas la inmensa alegría que esto representa a nivel del Alma, las energías de Amor, disolventes de guerra y conflictos que esto mueve para el bienestar interior. Esto es más efectivo que cualquier decreto y oración.
Reconciliarte, no sólo haciendo una corta llamada telefónica, redactando unas palabras en una esquela, sino abrazando contundentemente, comunicándote intensamente, buscando mantener los nexos de amor que te unían con ese ser con el que entraste en conflicto y mantenlos de por vida. Insiste el Maestro Jesús: "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto". Aquí cuando se dice Dios, es sinónimo de los Maestros y Santos que le sirven y cumplen con Su santa Voluntad. Por lo tanto si alguien dice: “Yo Amo o sigo a los Maestros” y está separado, distanciado con cualquiera de sus hermanos espirituales que conoce, cómo va a decir que sigue o ama a los Maestros a los que no conoce. Por favor reflexionen sobre esto, que este es uno de los puntos álgidos de la espiritualidad que define la Ascensión, de quién está en la Luz y quién con las sombras, no importa lo que digan o razonen los demás. Jesús sabía sobre esto y por ello insistió tanto en este asunto. Como dice el Salmo: “Los sacrificios a Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás”. Esto dice el salmista, porque en la separación, el disgusto, lo que hay es soberbia, orgullo y prepotencia que se eliminan con la contrición, la humillación de la personalidad, asuntos que le vienen muy bien a todas las Almas y reconcilian gratamente con Dios.
Por Rubén Cedeño
(Foto "Monasterio en Dubrovnik". Rubén Cedeño)