Rubén Cedeño
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Disciplina es Amor-Rubén Cedeño

“Disciplina” es un conjunto de disposiciones que conllevan a un orden para convivir mejor con otras personas o alistarse en una forma de vida que puede ser social o espiritual y que si es espiritual es el “Código de Conducta” que conlleva a poner de manifiesto los atributos del Alma en la trinidad inferior que es el cuerpo físico/etérico, emocional y mental o la inversa que es una variedad de lo mismo, que esta trinidad inferior se funda con el Alma. Esta “Disciplina Espiritual” es parte del “Dharma”, Enseñanza o Ley Espiritual que tienen que cumplir los aspirantes al logro de la Ascensión y reza en las normas de los grupos, de los templos y retiros de los Maestros de Sabiduría.

Esta “Disciplina Espiritual” se encuentra en los “Libros de Preceptos” y es expuesta por el preceptor o Maestro, pero no la impone ni obliga nadie, cada estudiante la va aceptando y asumiendo en su vida en la medida que la va entendiendo. En caso de que lamentablemente no sea así, el mismo estudiante tomará la decisión de retirarse y en un futuro aplicar de nuevo a ver si le es posible, hasta que logre entenderla y asumirla, ya que es la meta ineludible para todo Ser Humano y que connota la Quinta Iniciación.

Parafraseando las palabras del Maestro el Tibetano hay un tema que hay que tener muy en cuenta: "No se exige ciega obediencia, sin embargo, si se aceptan los consejos y sugerencias del Sendero y se decide, por libre albedrío, seguirlas, tendrán que hacerse con exactitud".

La personalidad de algunas personas rebeldes rechazan la Disciplina por creerse liberadas o absurdamente de la nueva era, pero en el fondo son individuos desordenados, rebeldes, tozudos, que le atribuyen a la “Disciplina” cualidades como dureza, inflexibilidad o autoritarismo y de esta forma la ponen de lado, como de la misma forma apostan su desenvolvimiento espiritual, aunque se sigan ilusionando de seguir una espiritualidad, que no es otra cosa que sus puntos de vistas ciegos al respecto. Pero cuando Maestros de Sabiduría de la envergadura de un Serapis Bey ponen como primer requisito de la espiritualidad la “Disciplina” es porque así es de imprescindible.

 La personalidad es como un animalito que trata de entrar a la casa limpia con las patas sucias, que si lo hace mancharía la alfombra. La casa es el Alma donde jamás puede penetrar la personalidad con el estiércol de las pasiones, las sombras de la condenación injusta, el desorden del descontrol y el atrevimiento de la ignorancia.

 Donde no hay disciplina no hay amor. Disciplina tiene una madre que a la hora debida sirve la mesa para su familia. Si esa madre es indisciplinada y no cocina, ni pone la mesa, no ama a su familia. El Amor manifestado como Disciplina está en el director de un hospital que es estricto en la limpieza y desinfección del mismo, en el cumplimiento del horario del personal, la administración de medicamentos y si alguien falla en esto, tomará las medidas más estrictas para su cumplimiento, asunto que se puede manifestar como un carácter férreo, palabras duras, medidas inflexibles, esa es su responsabilidad y si no lo hace llevaría a los enfermos a la muerte y eso sería la peor falta de Amor. Más estricto que llevar la riendas de un hospital es conducir un Grupo Espiritual donde las personalidades como infecciones tratan de contaminarlo todo. Un Grupo Espiritual, una persona en el Sendero necesita indefectiblemente de la Disciplina Esotérica.

(Extracto del libro "Cómo Sobrevivir en Luxor")

Por Rubén Cedeño

Grupo Metafísico de Madrid

Desde la Sede Central del Grupo Metafísico de Madrid Europa tengo el placer de darles la bienvenida a todos los que visitais esta puerta a las enseñanzas de los Maestros Ascendidos, de la edad dorada de su majestad Saint Germain y a la magistral exposición de su discípula directa, nuestra Amada Conny Méndez, cuyo legado recibimos de la mano de nuestro amigo Rubén Cedeño, para cuyo agradecimiento por su Amor, Instrucción y Amistad no conoce límites.

Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias públicamente también a las personas que componen el grupo interno que tengo el privilegio de dirigir, sin cuyo amor, buen hacer y apoyo incondicional, no podría realizar la tarea que libremente elegí en su momento, así como a todos los colaboradores que contribuyen con las conferencias e instrucciones día a día, fieles a su linea discipular y a su conciencia. 

Si en algo contribuye esta página, a la expansión de la luz, aunque sea de una persona, nos daremos por satisfechos.

por Domingo Laut Rodríguez