Estar iluminados es ser claros, saber las cosas, sin que te las diga nadie. Cuando alguien compone, pinta, escribe algo nuevo o expresa estas Enseñanzas con originalidad, no es porque se lo han dicho todo, ¡no!. Una verdadera creatividad siempre tiene que ser original, nueva. Se crea a través de la inteligencia. Esta es la forma como la “CONCIENCIA DESPIERTA” se expresa, por medio de lo que se llama el genio.
Nosotros deberíamos, cuando tenemos hijos, nietos o estudiantes, no matar el genio en ellos, dándoles ordenes, diciéndoles lo que deben hacer, eso es terrible, intimida, coarta, inhibe. Más bien hay que estimular la creatividad, la imaginación de los niños y estudiantes preguntándoles: ¿cómo lo harías? ¿qué se te ocurre? ¿qué piensas al respecto? y que se mantengan opinando, pensando, despiertos; y llegar a adultos de forma digna, alegres, originales, creativos, inventivos, joviales; y no precisamente tristes, llenos de recuerdos melancólicos.
La CONCIENCIA DESPIERTA no es el efecto de estar decretando, decir que se es maestro espiritual o estar en un camino certero. Maestro espiritual es cualquiera que se aprenda tres o cuatro cosas y las repita, incluso los hay que se ponen un turbante blanco, un nombre oriental y todos les creen como si fuera un gurú. La “CONCIENCIA DESPIERTA” es otra cosa. Si estás en un grupo donde te mandan diciéndote, “saluda al maestro”, “hay que conocer la enseñanza del maestro”, “no hagas esto, no hagas lo otro”, “al maestro no le gusta esto”, “ al maestro le encanta esto otro”, “no contradigas al maestro”. Así nunca se desenvuelve la “CONCIENCIA DESPIERTA”. Lo mejor es irse de allí. En un grupo donde le dejan a las personas la libertad de actuar, de descubrir, investigar, observar por su cuenta, es posible que esas personas lleguen un día a desarrollar algo de la “CONCIENCIA DESPIERTA”.
(Extracto del libro "Enseñanza Espiritual II")
Por Rubén Cedeño