Lahiri Mahasaya fue a un Kumba Mela, que es una peregrinación espiritual especial, que se hace en la India a determinados lugares sagrados en unas fechas específicas, y por donde quiera se ven desfiles ceremoniales de santos, gurús, devotos y sobre todo muchos Sadhus. Un Sadhu es un asceta hindú que se dedica a las penitencias y la austeridad para obtener control de sí mismo y en última instancia desenvolver la “Iluminación”. Es la cuarta fase de la vida de todo ser humano que practica la religión hindú.
1º Se es estudiante de las cosas del mundo y luego de los libros espirituales para no andar por allí diciendo disparates por no saber. 2º Luego se es padre, para conocer la responsabilidades materiales. 3º Se es peregrino a los sitios sagrados donde se aprenden cantidad de asuntos y se impregnan de los electrones sagrados de estos sitios. 4º Se es Sadhu o renunciante. Los Sadhus renuncian a todos los apegos que los relacione con objetos materiales y se dedican solamente a la espiritualidad. Por norma general los Sadhus viven dentro de la sociedad, uno los ve en la India por aquí y por allá, pero intentan desconectarse de las seducciones de los placeres del mundo. Los Sadhus tratan de imitar la vida del Señor Shiva, que es el más grande de todos los ascetas, incluso tratan de vestirse como él, porque él es su patrono. Llevan un tridente simbólico de la Sagrada “Llama Triple” en la mano y se pintan tres rayas de ceniza en su frente para representar los tres aspectos de Shiva, para destruir las tres impurezas que son 1º Inegoísmo, para transmutar la centralización en el “yo personal”. 2º Desapego al fruto de la acción, para transmutar la acción con deseo y 3º Ver la Realidad de las cosas tal cual son, para transmutar la ilusión o maya. Llevan túnicas de color azafrán, oro- rubí, color tanto de la prosperidad como de la renuncia y que también significan que han sido bendecidos con la sangre fértil de la Madre Parvati, el complemento del Señor Shiva en su aspecto auspicioso.
Sadhu
Ellos dedican la mayor parte de su tiempo a la meditación. Muchos Sadhus se reúnen en fiestas como los Kumba Mela. El Señor Gautama después que renunció a su palacio de Kapilavastu se fue con Sadhus y finalmente él se convirtió en uno de ellos.
Lahiri Mahasaya, en un Kumba Mela vio a este “Sadhu Hipócrita”, que fingía ser Sadhu. Esto no es de extrañar ya que tanto en esa época, como hoy en día en India, uno ve “Sadhus Hipócritas” por todas partes, que son auténticos “disfraces de espiritualidad”. Tal cual existen en nuestro mundo occidental personas, que por decir palabras copiadas de los libros espirituales se pretenden erigir líderes del espíritu, aconsejar y dictaminar sin nunca haber conducido un alma, ni grupos espirituales, ni conocer los libros sagrados ni la espiritualidad profundamente, asunto que los lleva a referirse a datos inexactos que despiertan incredulidad de facto en quien los contacta, asunto del que ellos no se dan cuenta. Lahiri Mahasaya después de observar al “Sadhu Hipócrita”, vio a Babaji arrodillado delante de él y sorprendido le interrogó ¿Qué haces adorando a un “Sadhu Hipócrita”?. Babaji le contestó: “Estoy lavando los pies de este que ha renunciado”, “Sirviendo a los Sadhus ignorantes como a los sabios, aprendo la Humildad, que es la virtud que más le agrada a Dios”. Lo que quiso enseñar Babaji es lo que todos debemos practicar: no criticar a nadie que pretenda estar en el camino espiritual, sea sincero o no. Que debemos honrar tanto a los verdaderos maestros como a los falsos, a los que cobran como a los que instruyen de gratis, a los honestos como a los estafadores, porque todos tienen a Dios en su interior y alguna función cumplen dentro del Gran Plan de Dios. No despreciemos lo que Dios no desprecia. Esto es Compasión Infinita.
Avalokiteswara. Compasión Infinita.
En otro Kumba Mela, Babaji se le presentó a Sri Yukteswar junto a sus discípulos y le dijo que le enviaría un discípulo para que lo adiestrara en la difusión del Yoga en Occidente, que por supuesto era Yogánanda.
Yogananda
(Extracto del libro "Yogananda")
Por Rubén Cedeño