Estemos felices: en el calor con el calor y en el frío, con el frío. Demos Gracias a la Vida por lo que tenemos. Renunciemos a desear más objetos, cosas, adornos, y seamos felices con lo que buena y sabidamente ya poseemos. Abandonemos el desear ir a lugares y sintámonos felices en el aquí y ahora dentro de nuestro Ser Interno. Comamos con gusto lo que la Vida nos da y demos Gracias por tener qué comer. Deseemos estar con las personas con quienes estamos, seamos felices y no estemos pensando en las que no están.
Seamos felices aprendiendo lo que tenemos por delante para aprender, y no lo que no esté a nuestro alcance. Toda Sabiduría siempre es importante en la vida. Enamorémonos de quien nos quiere, y así cerremos el círculo de persecuciones amorosas de estar detrás de quien no nos quiere. Sintámonos felices en el bus si vamos en él, en la moto, la bicicleta, el metro, el jet o el auto particular. No nos mortifiquemos por no poseer el medio de transporte que no tenemos. La fiesta está donde tú estás, allí se encuentra la vida, la conciencia, la plenitud, "El Ser". ¿Qué mejor fiesta que esta? ¿Por qué te mortificas cuando te contradicen? Dale la razón al contendiente; al fin de todo, si tienes la Verdad, esta se sabrá y se impondrá.
Siéntete feliz con aquel que te enseña algo, aunque no te guste su manera de enseñar. a los compañeros de trabajo o de estudio no los puedes cambiar; eres tú el que debes cambiar ante ellos y aceptarlos tal como son. Siéntete feliz con la calificación que sacas, porque es la que mereces; no quieras ni más ni menos de lo que te corresponde. Tú perteneces al grupo de la "Raza Humana", los "Hijos de la Vida", no te mortifiques por pertenecer a un grupo humano social o espiritual que se puede disolver en cualquier momento.
Ubícate en el instante y siente, ve y acepta dónde estás viviendo en tu aquí y tu ahora; no veas lo que no tienes. Tú no tienes por qué vivir en pareja con quien no quieres, y nadie te puede obligar, a menos que tú lo aceptes, sea por la razón que sea. No te mortifiques, que todo es ilusión. Si te emparejas, disfruta con lo que tienes que hacer en esa unión mientras estés unido, así que no te lamentes, este es un efecto de una causa, las parejas se atan y desatan. No te quejes ni sufras por esto, cumple con amor o toma una decisión. No te compliques con razones que impidan tu felicidad.
Cesar de desear estar acostado o levantado; solamente desea estar como estás; despierto o dormido, como se necesite o se pueda. Cuando se está ubicado en el "aquí y ahora", en el centro del Ser, da igual quedarse en casa o salir a la calle, siempre hay algo que hacer. Si no se puede, uno se pone a meditar en el Ser. Las enfermedades creadas por la mente, al mentalizarlas se curan. Aquellas que hay que confrontar ineludiblemente, no se debe entrar en rebeldía con ellas, sino aprovechar la oportunidad para meditar y transmutar todos los errores que hemos cometido.
El dolor y el sufrimiento de la agresión física, con perdón y amor compasivo se redimen. Perdona al que te pega. Si nos quitan la razón, esto no quiere decir que no la tengamos; el querer tener razón es orgullo y afirmación del "yo personal", así que desarrolla la humildad, quédate callado, que más adelante se sabrá la verdad. El no sentir la sexualidad, ser impotente o inorgásmico es algo que llega solo, no te sientas infeliz por eso, ya que esto es lo que buscan los que se entregan a Dios, como los monjes, místicos y renunciantes. Todo lo que tiene principio, tiene fin; la desaparición física de un amigo o familiar es normal; además, no nos debemos apegar a nada ni a nadie. La muerte no existe, las distancias tampoco, son un lugar del tiempo y del espacio en que a ellos les pertenece estar.
Acepta al hijo que tienes o al estudiante que la Vida te ha dado como te lo ha dado. Edifícalo, perfecciónalo, pero no desees que sea diferente de cómo es, esto es imposible. Desear que sea otro es desatar un sufrimiento eterno que no tiene solución. Los hijos y los estudiantes no nos pertenecen, no podemos disponer de sus vidas, profesiones, gustos sexuales y con quién se han de ir a vivir. Sé tú feliz y déjalos a ellos ser felices, desarrollando el amor con libertad, sin disgustos ni sufrimientos.
El desear estar aquí o allá, haciendo esto o lo otro, cuando estamos en otra cosa, es un dislocamiento de la mente con deseos descontrolados. Uno debe estar en un solo lugar a la vez, y es en donde estamos, haciendo solamente lo que se hace y no otra cosa. La real vestidura de nuestros cuerpos sutiles es la piel del cuerpo físico, ella es nuestro mejor traje. Todo lo que tengamos por encima de ella es lujo y sobra. Debemos renunciar a los grandes atuendos y ser simples, discretos y no llamar la atención en el vestir. Recuerda que todo lo externo es efímero; las acciones en el club, la cuenta bancaria y un piso en un lugar pueden desaparecer por un cambio de la bolsa de valores, un terremoto, una falsificación o cualquier cosa; cifrar la felicidad en esto es escribir en una panela de hielo.
Tu Real Ser nunca cambiará, aunque todo se mude y desaparezca. No nos apeguemos a esta apariencia física, ya que la verdadera vida es eterna y nunca habremos de morir. El verdadero Ser en Uno y en "La Eternidad" es Cristal, no hay humo, ni colores turbios, tampoco mentes alteradas, ni estados de ilusión producidos por alguna pastilla o bebida.
El verdadero adelanto espiritual es aquel que es ignorado hasta por el que lo tiene; así que cuando nos creemos sabios o con cierto avance espiritual, ni siquiera hemos comenzado el camino todavía. Si el tener objetos supuestamente espirituales diera la realización, los vendedores de Dorjes y Campanas, Buddhas, Imágenes, Rosarios, Cruces, libros y amuletos serían Santos, completamente realizados. Se ven miles de personas vestidas de naranja, negro o marrón por creerse renunciantes, y no dejan de ser seres comunes, apegados como cualquier otro. El apego se les sale por encima de la ropa de renuncia.
Desear tener iniciaciones o grados espirituales es apego a lo externo, porque los verdaderos valores espirituales no se obtienen, se desarrollan dentro de uno mismo, y lo que hace el Maestro es calificarlos. El deseo, aunque sea de algo espiritual, es ilusión, atadura, falsedad. No desees nada, ni siquiera el "no desear".
El desear parecer espiritual es la peor de todas las fantasías o mentiras, nos pongamos un atuendo de sacerdote o de otra cosa. Uno no debe desear parecer nada, ni parecerse a nadie. Ser un cristal de su propia Divina Presencia Interior. Si colgarse símbolos, rosarios, crucifijos, letras, cristales, cruces, nos diera la realización, pues con no hacer más nada y colocarse algo de esto bastaría para llegar a la más alta Santidad, el Auto-Conocimiento y la Iluminación. Uno no puede desear ser Director Espiritual de nada ni de nadie, porque sería tentar contra la verdadera Dirección Interior, que es de adentro hacia afuera. ¿Para qué querer ser famosos espiritualmente? La espiritualidad es interna, la fama es externa.
Así que "No Sufras Más". Sufres o has sufrido porque quieres o has querido. El sufrimiento es una creación mental más; si aceptas esto, estás en el principio de liberarte de él. Si crees que el sufrimiento es castigo divino, karma y lo tienes que padecer "porque sí", vivirás amargado y en conflicto toda la vida. Tú tienes derecho a ser feliz. Mira a tu alrededor y ve todas las posibilidades de transformar en alegría lo triste, en salud la enfermedad, en amor el odio, en belleza lo horroroso, en paz la guerra y, sobre todo, en perdón el rencor. Afirma: "Yo Soy Feliz y solo acepto la felicidad en mi vida".
Lago de Dhal-Kashmir, Agosto 1993
(Extracto de "No Sufras Más" del libro "Gautama")
Por Rubén Cedeño