Rubén Cedeño
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Ejercicio de felicidad - Rubén Cedeño

Desarruga la frente, no importa cuantos problemas hayas tenido o tengas. Respira profundo y tomate ahora un tiempo para estar contigo mismo y ser feliz. Coloca en tu aparato de sonido música armónica muy suave, de tiempo pausado y hermosa melodía, la que te haga más feliz, esto te traerá paz y alegría, ya que la música estridente produce angustia y ansiedad. Ponte una ropa de colores claros y alegres con las tonalidades del arco-iris, ya que los tonos obscuros entristecen el alma. Perfuma el ambiente y tu cuerpo con un olor agradable, ese que te hace feliz. Los malos olores deprimen y traen desarmonía. Arregla todo a tu alrededor y pon orden en tu casa y el lugar donde trabajas, ya que esto traerá a tu vida bienestar, porque “El Orden Divino es el Primer Hijo del Cielo”.

Ahora siéntate y quédate tranquilo para que conectes dentro de ti mismo con el estado Supremo de la Gran Felicidad que habita dentro de ti, que esta en tu SER, que es tu Derecho Divino.

El Estado Supremo de la Gran Felicidad esta al quedarte tranquilo, respirar, concentrándote solamente en la respiración que te hace estar vivo, te permite ser y te hace descubrir el Ser que eres tú mismo, y que tu felicidad no depende de una pareja que te ame o veas momentáneamente, del dinero que tienes, el tener un objeto que deseas, o el ser alguien y demostrárselo a los demás. La felicidad esta al encontrarte y ver que eres un Ser lleno de Vida con una mente capaz de producir milagros, con un mundo de sentimientos que no tiene por qué estar lleno de negatividad, frustraciones, autoritarismo, amenazas, sino de AMOR hacia las cosas bellas de la vida.

Abre bien tus ojos, endereza tu columna vertebral y ponte en estado de contemplación, alerta, con tus ojos bien abiertos mirando con profundidad aquello que tienes a tu alrededor. Deja que una dulce sonrisa se dibuje en tus labios y ponte a observar todo en lo que piensas, pero sin juzgar si este pensamiento es bueno o malo, o si debe ser mejor de esta u otra forma. No importa cuántas veces salte tu mente de un tema a otro, no trates de controlarla, déjala tranquila, solamente date cuenta de lo que hace. Contempla tus pensamientos sin el látigo del juicio. Verás que algo maravilloso sucederá, comenzarás a hacerte consciente de ti mismo.

Observa ahora lo que tienes a tu alrededor, sea este un salón, tu casa, centro comercial, un árbol, una persona, tal vez mucha gente, una montaña, el oleaje del mar, la quietud del lago o el horizonte. Date cuenta de cómo son las cosas que miras, su forma, espacio que ocupan, color, entorno y olor, pero no las clasifiques, ni dejes que la mente intervenga diciendo que son bonitas o feas, buenas o malas o que serían mejor de otra forma. Libérate de juicios y verás qué alivio te viene, porque estar juzgando, opinando, criticando, escogiendo y decidiendo te cansa, te estresa, te hace perder el DIVINO DON DE LA FELICIDAD. Tu mente va a querer entrar a perturbar este momento poniéndote a pensar que aquello es mejor y lo otro es peor. Deja de pensar y ocúpate solamente de observar en paz y verás qué dulce sosiego sobreviene a tu alma. Cuando no se juzga, se critica ni condena, vivimos en La Suprema Felicidad que da el Amor Compasivo.

Date cuenta que toda la angustia e infelicidad en que has vivido, ha sido producida por tu mente y los sentimientos, y que esa situación que te aqueja o padeces, solo está en tu mente, por los juicios y conceptos que tienes, de cómo crees que deben ser las cosas. Los asuntos no deben ser de una forma determinada como diga alguien, sino como son. Al no apegarte a las formas, a tus ideas de las cosas o querer cambiar algo, verás que todo a tu alrededor se tranquiliza, se relaja y la gente comienza a cambiar y te van a aceptar como eres, así como tu aceptas a los demás como son.

Olvídate de la imagen que has creado de ti mismo y que la tienes que defender o imponer para que los demás crean que eres esto o lo otro. Eso ya no importa, acéptate así como eres. No hay nada de malo en ser lo que somos. Infelizmente terrible es querer ser o aparentar lo que no somos, vivir una mentira en la que nosotros somos los únicos que nos engañamos, sin darnos cuenta que los demás están viendo nuestra verdad, pero que por seguir en la mentira en la que todos participan, no lo dicen.

Este es el momento de soltar al viento esos complejos, frustraciones, depresiones, incomprensiones, despechos, infelicidades, deseos de ser, ganas de dominar o cambiar a alguien, nada de eso te da felicidad sino amargura y nadie nunca te va a agradecer nada si lo que produces es amargura y problemas.

Cambia “La Rueda de tu Vida” y dale un giro a tu presente y futuro, comienza a ser esa persona sonriente que tu quieres ser y todos desean ver, esa persona que es amigo consejero y solucionador de sus propias situaciones y que todos necesitan, ese compañero chistoso, alegre que entusiasma toda reunión, ten siempre la palabra positiva que todos esperan escuchar para llenarse de ganas de vivir, y deja a todo el mundo con el corazón enamorado por las cosas bellas de la Vida.

Estar feliz no es vivir en estado de exaltación e intranquilo, es ese estado de dulce reposo que da la contemplación sabia que es la Esencia del Amor Divino del que está en contacto con su Propio Ser.

Rodéate de felicidad, sonrisas, alegrías y cosas bellas. Encontrarás que la felicidad está dentro de ti, y que solo tienes que hallarla en tu corazón.

Por Rubén Cedeño

Grupo Metafísico de Madrid

Desde la Sede Central del Grupo Metafísico de Madrid Europa tengo el placer de darles la bienvenida a todos los que visitais esta puerta a las enseñanzas de los Maestros Ascendidos, de la edad dorada de su majestad Saint Germain y a la magistral exposición de su discípula directa, nuestra Amada Conny Méndez, cuyo legado recibimos de la mano de nuestro amigo Rubén Cedeño, para cuyo agradecimiento por su Amor, Instrucción y Amistad no conoce límites.

Aprovecho esta oportunidad para dar las gracias públicamente también a las personas que componen el grupo interno que tengo el privilegio de dirigir, sin cuyo amor, buen hacer y apoyo incondicional, no podría realizar la tarea que libremente elegí en su momento, así como a todos los colaboradores que contribuyen con las conferencias e instrucciones día a día, fieles a su linea discipular y a su conciencia. 

Si en algo contribuye esta página, a la expansión de la luz, aunque sea de una persona, nos daremos por satisfechos.

por Domingo Laut Rodríguez