Muchos individuos piensan que para que la energía sea armoniosa, debe ser utilizada totalmente en devoción, oración, servicio ceremonial e invocaciones solemnes, comprometidas directamente con la aspiración espiritual. La verdad es que TODA energía constructiva y armoniosa es una expresión natural de la vida Divina, ya sea el servicio amoroso de amigo a amigo, o la creación constructiva de un banco, una silla o un vestido.

Una mujer puede estar fregando un piso con sus manos y sus rodillas estar sumergidas en espuma y agua, sin embargo su energía puede ser muy armoniosa y pacífica en esa actividad, y elevará a su Cuerpo Causal cada electrón liberado en ese acto. Un sacerdote puede estar en un altar con una hostia elevada, en un estado de rebelión, resentimiento u odio y ¡ningún electrón de esa elevación sumará una pizca de energía para su liberación!

San Francisco de Asís, y muchos santos, dedicaron sus vidas al servicio humilde: andando los caminos, sirviendo al pobre, alimentando al hambriento y sanando al enfermo.